Despedida (reflexión sobre un imaginario común)

Despedimos el año, y junto a él despedimos los protocolos, despedimos la amistad como amistad, , despedimos los prejuicios, despedimos la incomodidad con nosotros mismos, despedimos la vergüenza y la desconfianza.

Abrimos esa tarde de verano una puerta nueva, por la que se coló el aire fresco y renovado de una nueva sexualidad. Abrazamos la alegría de explorar, de compartir y aun así ser nosotros, y no perdernos sino descubrirnos, ver en el otro esa capacidad de amar aun en companía y además disfrutarlo. Momentáneamente libres para jugar y explorar.

Despedimos la rigidez de una cotidianeidad almidonada por la rutina para encontrarnos nuevamente, cambiados pero iguales, más humanos, menos perfectos.


Sabiendo que la vida es lo que es, y que sea como fuere, siempre, el camino de la vida lo andamos de a dos.
. . . . . . . . . o . . . . . . . . .
A veces, solo a veces, pienso que es más sano y placentero flotar y dejar que el agua nos lleve. Después de todo, si uno mira bien, se da cuenta de que en esta vida ninguna orilla está jamás lo suficientemente cerca.
Tal vez de eso se trate la vida.
Tal vez no.

Texto: Javier A. bence - Foto: anonima

Humo

Todos los lugares son al fin y al cabo lo mismo en referencia a si mismos.

Cada lugar cambia segun quien lo alcance, quien lo respire, lo vea...

No es lo mismo un paisaje hermoso para quien puede ir cada vez que le plazca, que para quien ha soñado tiempo en visitarlo sin poder hacerlo.

Por eso, pudiendo, prefiero no poder tan facilmente, y resguardar esa magia, esa ilusión el mayor tiempo posible para disfrutar de cada lugar que visite como quien disfruta de una conquista. Y en esa conquista ser feliz.

Y en cada una de las conquistas.

Y valorar el tesoro en ellas.

Como valoro cada cosa que hallé en ti.

Felices fiestas a tod@s

Lapsus

Nada de lo que tienes se compara con todo lo que has dejado en el camino por tenerlo.