Evanescencias

Y permaneció de pie, mirando al limbo... Sin color, sin edad, aquellas paredes grises marchitas en su intransigencia y que guardaban sin remordimiento las almas de tantos... Las ansias, el deseo.

Y era bella, pese al tiempo pasado, y lo ya olvidado, su cuerpo registraba aun el deseo, y sus cicatrices mostraban las terribles batallas perdídas contra amores imposibles y desamores tardíos.

Y permaneció de pie, mirando al limbo... Sin color, sin edad, aquellas paredes grises marchitas en su intrasigencia y que guardaban sin remordimiento el alma de su amado... Su ansia, su deseo.


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Texto y fotografía: Javier A. Bence