lunes, 30 de marzo de 2009

Papelones


Uno pasa muchos papelones a lo largo de su vida, más cuanto más años carga en su espalda, pero siempre el primero y el relacionado al sexo opuesto es el que más duele.Siempre fui un chico taciturno, dividía mi tiempo entre correr a los rulerazos [1] con mis amigos y leyendo los libros que mi viejo tenía en su biblioteca, por eso terminé sabiendo sumar y restar en binario a los 9 años y terminar de leer "Colmillo Blanco" para sumirme en "El Castillo" de Kafka a la misma edad. Pero el tránsito de las hormonas es imparable tanto como irrefrenables son sus efectos.Recuerdo el primero de mis papelones, tenía unos 13 años, y fue frente a dos amigas muy lindas y algo más grandes que yo. Me viene a la memoria un tipo de veranos que ya no hay, incluso la luz del sol me parece más cálida, y no hablo de temperatura, hasta el pasto me parece más verde en mis recuerdos. Yo tenía una bicicleta azul, pintada a mano por mí y que portaba una hermoso asiento banana y manubrio palomita, plato grande y piñón chico para hacerles fuerza a las rodado 24 de mis amigos (la mía era rodado 20). Nos juntábamos en la esquina de Tucumán y Rivera, no por casualidad sino por las pequeñas ninfas que paraban precisamente en ese lugar, entonces se daban los más extraños coloquios entre uno y otro sexo. Las chicas, siempre más evolucionadas físicamente que lo dictado por la cronología nos inspiraban las más incomprensibles y a veces inconfesables fantasías. Todavía recuerdo esa sensación de euforia que no obedecía a causa conocida, que puedo comparar hoy a lo que se siente en los juegos previos al sexo.Aquella tarde me iba para lo de mi abuela materna en mi bicicleta, entonces al pasar por esa esquina me llama "L" una de las hermanas a las que todos pretendíamos, fui dócil como un pichicho, no recuerdo bien que fue lo que me dijo, pero creo era un mensaje para un amigo... Decepcionado, pero nunca vencido me quedé hablando con la hermana menor, "A" con quien tenía más afinidad, pero que gustaba de chicos más osados que yo. Terminada la charla, porque debía ir a lo de mi abuela, salí haciendo willy (andando solo sobre la rueda trasera) al mejor estilo Randy Mamola. Las hormonas me habían provocado amnesia, amnesia que tuvo un precio... Una hora antes, con la ayuda de una llave inglesa y dos cucharas sustraídas del armario de mi vieja había desarmado la rueda delantera de la bici para emparchar la cámara que ya no daba más. Con el apuro de ir a lo de mi abuela no había ajustado la rueda como correspondía, cosa que produjo dos cosas a saber: La primera fue que al bajar la parte delantera de la bici para concluir triunfal aquella profesional maniobra, la orquilla se clavara en el pasto y me diera un porrazo histórico, la segunda fue la carcajada general de las ninfas que observaban mi desgracia desde la esquina. Cuando desde debajo de la bicicleta, porque tenía el asiento banana apretándome la cabeza contra el pasto, vi la rueda delantera huyendo, alejándose de mi rebotando por la calle, odié ese momento, odié la bicicleta, odié a mi abuela, odié a las chicas pero principalmente me odié a mi mismo.Cabe aclarar que tanto "L" como "A" noviaron con otros chicos del barrio, quienes han tenido la suerte de sacarles mucho más que unos besos. Yo me hice humo y de la vergüenza empecé a parar en otra parte. Como corolario, tiempo después me enteré que "A" había dicho poco después del "desafortunado incidente" que quería ser "mi novia" pero ante mi ausencia había comenzado a salir con otro de los chicos.Con el tiempo aprendí que generalmente el temor al papelón o la vergüenza por un papelón tiene un precio más alto que el papelón mismo.[1] El rulero en conjunción con un globo se transforman en una especie de gomera con la que se pueden tirar con cierta potencia semillas de Paraíso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta mucho este pensamiento tuyo


y me gustan los/las amantes que ganan a su pareja paraque se abandonen...es sublime...

eso es el arte del sexo

pero creo que menos los que entienden de sexo tampoco entienden que el sexo es un arte...

bonita foto,mmm

... dijo...

que buena definicón del arte, del arte de amar.
esculpir, pintar.
Como dos alfareros que van creando su obra, su unica y magnifica obra.
lineas, curvas, texturas, ...


Y cuando ambos se entregan de la misma manera , no hay obra de arte que la supere


Decirte que yo estoy d acuerdo con tu comentario .. en mi blog. No cabe duda que eres elegante y te gusta la elegancia y la mujer femenina

Un beso, si me lo permites

PaSioN

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